Ni la digitalización, ni una pandemia mundial y ni mucho menos la nueva normalidad han podido con un clásico corporativo: las tarjetas de visita. Al contrario, siguen siendo una herramienta comercial fundamental para empresas y autónomos.
Las tarjetas de visita son un instrumento de presentación que perdura desde que apareciesen en China en el siglo XV. A Europa llegaron un par de siglos después, cuando se utilizaban para anunciar la llegada de la aristocracia a eventos. Con seis siglos de antigüedad y una globalización de por medio, es necesario innovar en el diseño de las tarjetas de visita.
El objetivo de las tarjetas es influir en la primera impresión para determinar una percepción muy positiva del profesional y del negocio, y logren permanecer en el pódium de la memoria del receptor.
Te mostramos cinco fórmulas para impactar con las tarjetas de visita y destacar por encima de la competencia en la era pospandemia.
No todas las tarjetas son de papel
Cuando hablamos de tarjetas de visita nos viene a la mente un rectángulo de papel o cartulina gráfica, impresa a doble cara con el logotipo por un lado y los datos de contacto por otro.
¿Y si rompemos con lo habitual? La pandemia nos ha enseñado a ser más flexibles y ha entrenado nuestra capacidad para sorprendernos. Una de las fórmulas que proponemos para las tarjetas de visita pospandemia es descontextualizarlas mediante el uso de otros materiales u otorgándoles una doble función.
En este caso, se han impreso unas tarjetas de localización para un bar cervecería sobre polipropileno alveolar. Este material de gran formato se utiliza, principalmente, para la impresión de cartelería inmobiliaria.
El polipropileno alveolar se caracteriza por su ligereza y su resistencia a la intemperie, al agua, a las grasas y a los agentes químicos. Esto lo convierte en un material apto para hacer, además, las funciones de posavasos.
Seguramente, este bar tuviera que hacer reposición de sus tarjetas de visita porque los clientes quieran llevárselos a casa. Aviso, es un material muy económico.
El resultado son unas originales tarjetas de visita con función de posavasos. Tienen un aspecto industrial, en consonancia con el estilo del bar. Los cantos del material en bruto refuerzan este aspecto.
Tarjetas de visita pospandemia
La nueva normalidad se vislumbraba como el fin de una era, parecía que nunca más iba a haber contacto interpersonal, pero lo cierto es que está siendo más liviana de lo previsto, gracias a la vacuna.
Cuando pensábamos que toda nuestra vida iba a pasar por delante de una pantalla de ordenador y una webcam, ya hemos vuelto a la oficina, a viajar, nos abrazamos, la economía se ha reactivado con muchas ganas, y ya se celebran reuniones, networking, ferias y otros eventos.
Eso sí, tras el parón económico por el confinamiento y las medidas de protección contra la pandemia, ahora la competencia es mayor. Los profesionales necesitan herramientas eficaces que reflejen su valor diferencial y logren impulsar, con mucha fuerza, la actividad pospandemia.
Las tarjetas de visita pospandemia son un gran aliado para destacar frente a la competencia y lograr que te elijan a ti y no a otros con productos o servicios similares.
Tarjetas de vista formato mini
La talla “mini” de cualquier producto es infalible, se ha aplicado a tarjetas de visita. La dimensión es muy cómoda, cabe en cualquier cartera, y tiene un alto porcentaje de eficacia en la tarea de diferenciación competitiva. Precisamente por eso, son diferentes y eso son lo que transmiten.
Estas tarjetas de visita, además de ser mini, están rematadas por dos esquinas redondeadas y funcionan como un díptico con hendidura a 3/4. Para potenciar la experiencia sensorial, se ha elegido un papel con textura marcada a una cara, lo que genera contraste.
Al ser unas tarjetas de visita corporativas – están pensadas para una productora musical- se han personalizado con los nombres y el cargo de cada empleado. También se han distinguido con diferentes colores e imágenes. Para ello, se ha usado la tecnología de dato variable.
Los acabados hablan por la marca
Los acabados de imprenta son un nivel más de expresión e inciden directamente en la percepción sensorial. Potencian el diseño mediante volumen, brillo o efectos metalizados.
Esta tarjeta de presentación, ideada para una distribuidora de champagne, tiene el formato habitual 5,50 x 9,00 cm. Se le ha aplicado barniz digital de una forma muy peculiar. Lo más usual es aplicar el barniz en reservas del diseño para dar brillo (barniz 2D) y volumen (barniz 3D).
La impresión digital permite un sinfín de posibilidades creativas. Se ha jugado con el barniz selectivo aplicado como acabado de alta definición para conseguir lo que hemos llamado “efecto en negativo”. En este caso, se ha cubierto todo el perímetro de la tarjeta con barniz, a excepción de la zona gráfica, para crear profundidad.
Se trata de dos capas de barniz superpuestas (2D+3D) para conseguir profundidad. La capa de barniz 3D no llega hasta los límites de la tarjeta ya que no es posible aplicarlo cerca de la línea de troquel, pero sí en su dimensión 2D. Así se consigue el “efecto en negativo” de barniz selectivo, una forma innovadora de utilizar este acabado.
Tipos de tarjetas de visita
Existen diferentes tipos de tarjetas de visita en función de a quién representan:
Las tarjetas de localización tienen como objetivo la ubicación de un espacio comercial o empresa como podría ser un restaurante, una librería, un centro de estética o un coworking.
Las tarjetas de visita corporativas aúnan a cada miembro de la empresa bajo la imagen visual corporativa. Para insertar el nombre y el cargo de cada miembro, se utiliza la tecnología de dato variable, una herramienta de personalización en serie.
Por último, las tarjetas de visita nominativas representan el negocio de una sola persona a la que podemos llamar autónomo, freelance o emprendedor. Hacienda nos hace iguales al final de cada trimestre.
En cualquier caso, las tarjetas de visita pospandemia deben representar a la perfección la identidad del negocio o profesional para que sean coherentes y eficaces.
Un pop up para la presentación
Los tarjetones pop up se utilizan, normalmente, para crear felicitaciones. Darle una dimensión 3D a la tarjeta de visita es otra de las fórmulas para diferenciarse con éxito.
Mediante una serie de troqueles y hendidos, es posible crear escenarios. Es cierto que el tamaño de tarjeta de visita no da para mucha fantasía, algo que incluso le aporta más valor a la pieza.
Las empresas relacionadas con el hogar han sufrido un boom tras el confinamiento por la pandemia de la Covid-19. Las tiendas de muebles y decoración deben invertir en diferenciación para evitar que Ikea se lleve toda la cuota de mercado.
Para esta tienda de muebles, se ha impreso una tarjeta de visita pop up con formato abierto 10,50 x 6,60 cm. Los datos de localización están integrados en el exterior y predomina la fórmula pop up en el que destaca el mobiliario y la decoración.
Por cierto, se recomienda elegir el plastificado antibacteriano para las tarjetas de visita pospandemia.
Desenfunda la tarjeta de visita
Los autónomos necesitan tarjetas de visita diferenciadoras. En un primer momento, tal vez se vea como una inversión en la que es posible ahorrarse unos euros optando por las tarjetas de visita más clásicas. Pero es una inversión con retorno seguro si se hace con acierto.
En este caso, se ha propuesto unas tarjetas de visita con funda para una nutricionista. Esta sencilla fórmula trata de una tarjeta de visita clásica y una funda con troquel interno. Es una solución fácil para aplicar los colores corporativos y conseguir una tarjeta que impacte por el contraste de color y las infinitas posibilidades que ofrece el troquel HD. Aquí también se ha escogido un papel con textura para reforzar el lado sensorial a la hora de entregar la tarjeta.
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